Fotografía de la estatua de Cabeza de Vainilla y la Basílica al fondo

Historia mínima de Zapopan

 

La palabra Zapopan proviene del vocablo náhuatl Tzapopan, la cual está compuesta por dos términos: “Tzapotl” que significa Zapote y “Pantli” que expresa Bandera y/o Lugar. A la primera palabra se le resta la letra “T” y el sufijo “tl”, y a la segunda el sufijo “tli”. De esta forma Zapopan significa “lugar de zapotes”. Además, Zapopan es el pueblo que dio su nombre a todo el municipio.

Los estudios arqueológicos realizados a partir de las excavaciones en sitios ubicados dentro del municipio de Zapopan como en el Ixtépete en el año de 1950, el Grillo entre los años 1967-1978, y en los años ochenta en lugares como: El Colli-Los Padres, El Tizate y en Santa Ana Tepetitlán, han arrojado fechas que permiten conocer el surgimiento y desarrollo de las sociedades que ocuparon estos espacios. Para el valle de Atemajac, el periodo formativo, es decir, cuando surge la alfarería, la textilería, la metalurgia y domesticación de plantas, data desde el año 1500 a.C. hasta el año 200 a.C. mostrando una arquitectura modesta y poco monumental, esto fue el caso de lugares como el Grillo, Tesistán y el Ixtépete, sin embargo, su esplendor se daría en el siguiente milenio, ya que según arqueólogos, en la fase Grillo que se sitúa a partir de año 400/450 d.C. al 900 d.C. surgieron varios centros urbanos en los valles de Jalisco, además de considerarse como el periodo de “mayor esplendor en las sociedades del valle de Atemajac”. Estas sociedades tenían un arraigo muy fuerte hacia sus prácticas religiosas. Su característica principal fue politeísta; los espacios ceremoniales o de adoración fueron estructuras arquitectónicas llamados “Cues”, denominados así por los conquistadores, y cercanos a estos establecieron sus caseríos de materiales perecederos; según las crónicas, los indígenas de Tzapopan adoraban al dios niño Teopiltzintli, así como a otros dioses relacionados con el sol, la luna, la flora y fauna.

Al arribo de los conquistadores al occidente de México en el año de 1530, sobre el
valle de Atemajac existían dos señoríos indígenas, Atemajac (Atlemaxaque) y Tesistán
(Tequesistlán), estos estaban relacionados políticamente con Tonalá (Tonallan). Nuño
Beltrán de Guzmán, sus huestes conquistadoras y aliados indígenas sometieron fácilmente a los pueblos del valle y enseguida los convirtieron en tributarios repartiéndolos entre los colonos a través de las encomiendas, para pasar después a tributar al rey. Al territorio conquistado por los hombres de Guzmán se denominó como el reino de la Nueva Galicia.

De esta forma el propio Nuño se había asignado o encomendado el pueblo de
Atemajac que le rindieron tributo en especie y mano de obra hasta el año de 1545
aproximadamente en que pasó a tributar a la corona, es decir, al rey; del mismo modo a
Cristóbal Romero se le otorgó Tesistán y otros pueblos, los cuales pasaron de unas manos a otras hasta el año de 1586 que comenzaron a dar tributo a la corona; de igual forma sucedió con los demás poblados como Nochistlanejo (el cual desaparece en la primera mitad del siglo XVII), Nextipac, Copala, Ocotán, Jocotán, Ixcatán, Huaxtla y los demás; por su parte Zapopan, aunque no hay noticias de el en tiempos de la conquista ni en los primeros años de colonización, según fray Antonio Tello, hacia 1653 cuando terminó su obra, escribió que ”[…] Tzapopa, de poca gente, que en la conquista tuvo mucha […]

Según las crónicas, la repoblación de Tzapopan se realizó con indígenas de
Jalostotitlán al ganar la guerra del Mixtón en el año de 1541. La misión de repoblar
Tzapopan tuvo lugar el 8 de diciembre de 1541; al mismo tiempo fray Antonio de Segovia
entregó a los pobladores la imagen de la Virgen de la Concepción. Se dice que Segovia
realizó su campaña evangelizadora por los pueblos del valle de Atemajac portando esta
pequeña imagen de “[…] menos de media vara de alto […]”, y que en la guerra del Mixtón
la Virgen provocó gran impresión a los indígenas alzados ayudando a pacificar a la mayoría de ellos y dar fin a esta pugna, de este suceso es que se le concedió el título de la “Pacificadora”. Hacia el siglo XVII, Tello argumentó que en Zapopan “[…] tienen los
indios una imagen de la Virgen Santísima, de mucha devoción y veneración, a quien
acuden muchas gentes de diversas partes […]” En 1641, el obispo de Nueva Galicia Juan
Ruiz Colmeneros ordenó la recopilación de los testimonios de los milagros obrados por
Dios a través de la imagen que por un siglo habían ocultado los indígenas de Zapopan por temor a que se les despojara, la investigación tenía el objetivo de declararla Taumaturga. 

Desde la llegada de los franciscanos al occidente de México en la década de 1530,
estuvieron visitando los pueblos del valle de Atemajac y otros valles para su evangelización y adoctrinamiento hasta el año de 1569, cuando a través del cabildo eclesiástico de la ciudad de Guadalajara se acordó repartir los pueblos entre los sacerdotes seculares “[…] porque estén mejor visitados los naturales de ellos para decirles algunas fiestas, misas y bautizarlos y administrarles los santos sacramentos”. Según el presbítero José Manuel Gutiérrez Alvizo “este repartimiento fue parte de la estrategia de consolidación del clero secular promovida por el cabildo eclesiástico durante la sede vacante acontecida tras la muerte del obispo don Pedro de Ayala el 19 de septiembre de 1569”. Poco más de una década después, los pueblos de la comarca zapopana se consolidaron y formaron el partido eclesiástico de Atemajac, ya que según Alvizo […] el 15 de abril de 1580 fue declarado vacante […]” por las autoridades del cabildo religioso tapatío, para que los clérigos contendieran por dicha sede.

Las primeras noticias de la existencia de una parroquia en lo que hoy comprende al
municipio de Zapopan, según Peter Gerhard data del año de 1577, cuando hubo un
sacerdote en San Francisco Tequecistlan (Tesistán), y que entre 1605 y 1621 el curato o
partido “[…] tuvo por centro a San Juan Ocotlan”, Alonso de la Mota y Escobar reafirma
en su obra que el pueblo de Ocotán había sido cabecera. Gerhard agrega que en “[…] 1648 la sede se había trasladado a Concepción Atemajaque, aunque poco después de eso, el asiento de la parroquia se estableció en el famoso santuario de Nuestra Señora de la Concepción Zapopan”. Para el 21 de agosto de 1649, cuando el obispo Colmeneros visitó al poblado de Zapopan, este ya era la sede o cabecera religiosa del Beneficio Curado de Atemajac. Desde Zapopan los curas seculares visitaron y llevaron los santos sacramentos a los pueblos de su comarca; la sede parroquial estuvo en el santuario desde 1649 hasta el 8 de mayo de 1819, cuando se trasladó a la nueva iglesia parroquial de San Pedro construida a una cuadra, ya que desde 1816 el santuario fungiría como iglesia del recién formado Colegio Apostólico de Zapopan.

Sobre esta región, en el siglo XVI se crearon varios corregimientos. En 1621 el poblado de San Cristóbal de la Barranca era la cabecera dando su nombre al corregimiento, sin embrago, a mediados del siglo XVII el corregidor ya vivía en Zapopan. Desde este siglo
Zapopan ha sido y es hasta la actualidad cabecera de un gobierno civil.

 

Durante los tres siglos de dominio español la ciudad de Guadalajara fue asolada por
epidemias y tempestades climáticas, por lo que se recurría a trasladar la milagrosa imagen para socorrer a los habitantes. En 1734, un fuerte temporal con lluvias, truenos y centellas azotó a la ciudad, de manera que se acordó traer a la Virgen de Zapopan para su salvación y protección, a partir de este suceso autoridades civiles y religiosas citadinas nombraron a la imagen “Patrona contra rayos, tempestades y epidemias”. Desde este año, con su nuevo título se hizo oficial la traída, procesiones y visitas de la Virgen a la ciudad anualmente.

El 13 de junio de 1821, cuando en Tlaquepaque autoridades de Nueva Galicia
firmaban su adhesión a la independencia de México, la Virgen de Zapopan hacía su visita y entrada anual a la ciudad de Guadalajara, y habiendo mediado para evitar más derramamiento de sangre en la ejecución de la libertad del reino, en agradecimiento se le
otorgó el título de “Generala de Armas de la Nueva Galicia”. En 1823, al declararse al reino como Estado Libre y Soberano de Jalisco, se ratifica el título de generala nombrándola “Generala, Patrona y Protectora Universal del Estado de Jalisco”.

Sobre el territorio o división territorial que hoy corresponde al municipio de Zapopan, durante la época colonial estaba comprendido por un grupo numeroso de Repúblicas de Indios o pueblos de indios: Zapopan, Zoquipan, Tesistán, Nextipac, Copala, San Juan de Ocotán, Jocotán, Ixcatán, Atemajac, Santa Ana Tepetitlán, San Esteban, y otros que para su sustento y venta producían alimentos en sus solares, huertas, tierras propias, tierras de comunidad y tierras de las cofradías; las haciendas existentes fueron la de Copala, Santa Lucía, La Magdalena, y algunos molinos, ranchos y trapiches donde cosechaban frijol, maíz, trigo y verduras, además producían piloncillo o panocha, recolectaban frutas, pescaban en los ríos cercanos, y criaban diferentes especies de ganados mayores y menores para el abasto de la ciudad de Guadalajara y otros centros de población.
La mano de obra provenía de los pueblos de indios, ciudades o villas. En estos predios
rurales trabajaron indígenas libres, indios de repartimiento, indios laboríos e indios
acasillados, así como españoles, mestizos, y negros y mulatos esclavos y libres.

En lo civil, los pueblos de indios tenían su cabildo formado por sus propios
habitantes que anualmente eran elegidos y votados para el buen gobierno y mantenimiento del orden; en lo religioso, desde la primera mitad del siglo XVII existen noticias de que en cada pueblo de la comarca zapopana existió un hospital anexo a su iglesia en donde los propios indígenas de los poblados en un sistema rotatorio de actividades para su buen funcionamiento alimentaban al necesitado, atendían a enfermos y moribundos, y daban hospedaje a la gente de paso, esos hospitales de indios era auspiciados con los bienes de las cofradías que cada pueblo había formado dedicándola al culto de la imagen de la Limpia Concepción. Entre los bienes de las cofradías se encontraban tierras para la siembra de maíz y otras semillas, y para la crianza de ganados mayores y menores.

Aun bajo el gobierno colonial, con base a la constitución de Cádiz, el 1° de enero de
1821 se estableció en Zapopan el primer ayuntamiento; en el México republicano, por un
decreto del 27 de mayo de 1824, la división territorial del Estado de Jalisco se modificó en
ocho cantones, y estos a su vez se fragmentaron en departamentos, de manera que Zapopan se erige como cabecera de uno de los cinco departamentos que comprendían al primer cantón de Guadalajara. Dentro del departamento de Zapopan se crearon seis ayuntamientos: la propia cabecera de Zapopan, Tesistán, Atemajac, San Cristóbal de la Barranca, Santa Ana de los Negros y Tala. Algunos de estos ayuntamientos tenían en su jurisdicción a otros pueblos, como Zapopan tenía bajo su gobierno a San Esteban, Ixcatán y Zoquipan; Atemajac a Zoquipan y Huentitán; San Cristóbal de la Barranca al pueblo de Tepac; Santa Ana de los Negros a los pueblos de Ocotán, Jocotán y Nextipac; de acuerdo a Manuel Portillo, el 26 de agosto de 1824 el pueblo de Zapopan se elevó a Villa.

Llamar a Zapopan la villa maicera tiene su origen en los años en que gobernó
Agustín Yáñez al estado de Jalisco (1953-1959). Al iniciar el gobierno de Yáñez en marzo
de 1953, se realizaron estudios de la calidad de tierra, del clima y del régimen de lluvias en varias regiones de Jalisco con el fin de encontrar las zonas más propicias para la siembra del maíz. El municipio de Zapopan fue uno de los lugares “…de mayor eficiencia termo pluviométrica…” particularmente el valle de Tesistán “…al que alguien llamó la zona de la regadera…” Se buscó aprovechar las condiciones climáticas, y así nació el llamado
“sistema zapopano” que se basaba en el aprovechamiento de “…la humedad residual del
suelo que provenía del ciclo anterior, a lo que se le agregó el uso adecuado de semillas
mejoradas y fertilizantes, y la entrega oportuna de créditos”.

Por decreto del 31 de octubre de 1991, la Villa de Zapopan eleva su rango a Ciudad,
el cual fue ratificado por una ceremonia pública celebrada el 8 de diciembre de 1991, con
motivo del 450 aniversario de la repuebla de Zapopan. En 2023 se conmemoran 482 años de la repuebla del pueblo de indios de Zapopan y 32 años de la elevación de rango de villa a Ciudad.

Bibliografía

 

A.A.V.V. Apuntes para una Historia de Zapopan. Zapopan, Jalisco: Ayuntamiento de
Zapopan, Pandora Impresos, 2021.

Gerhard, Peter, La Frontera Norte de la Nueva España. México: UNAM, 1996.

Gutiérrez Alvizo, José Manuel, Nuevos datos sobre el beneficio curado de Atemajac y los
pueblos de indios de Zapopan, 2ª. Parte. Boletín Eclesiástico. Órgano oficial de la
Arquidiócesis de Guadalajara, año XVI, N° 2, febrero 2022.

Martínez Redding, Fernando, Zapopan: ¿villa maicera o centro urbano? Estudios
Jaliscienses. Zapopan: El Colegio de Jalisco, núm. 41, agosto de 2000.

Mota y Escobar, Alonso, Descripción geográfica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva
Vizcaya y Nuevo León, Guadalajara, Jalisco: IJAH/Universidad de Guadalajara, 1993.

Portillo, Manuel, Apuntes histórico-geográficos del departamento de Zapopan: historia del
origen y culto de la imagen de Ntra. Sra. de la Expectación ó de Zapopan e historia del
Colegio Apostólico de Misioneros de la misma villa. Zapopan: El Colegio de Jalisco, H.
Ayuntamiento de Zapopan, 2000.

T. Laris, José/ M. Orozco Alfonso, Zapopan. Su evolución moral, social y religiosa, en
cuatro siglos, Zapopan, Jalisco: Ayuntamiento de Zapopan/El Colegio de Jalisco, 2014.
Tello, Fray Antonio, Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco. Libro segundo.
Guadalajara: Gobierno del Estado de Jalisco, Universidad de Guadalajara, 1945.

 

Archivos
AHAG, Archivo Histórico del Arzobispado de Guadalajara